martes, 5 de junio de 2012

Déjenme Llorar




Mery estaba pasando por una situación un poco compleja, no entendía porque se sentía tan sola y porque todas esas duda llegaban a su mente, tenia 15 años y su vida paresia no tener sentido, muchas veces en su cuarto se preguntaba ¿Qué hacia ella en este mundo?, ¿Por qué se sentía tan sola a expensa de estar rodeada de personas?, ella pensaba que su almohada quien en muchas veces había secado sus lagrimas, era la única que la entendía y que sabia su situación, muchas veces Mery le echaba la culpa a Dios por sentirse tan mal, por sentirse sola, porque nadie la amaba y que ella era una mas del montón, nada especial había en ella, ella sentía que en su vida no tenia sentido porque no veía grandes cosas o sucesos a su alrededor, pensaba que su vida debía ser diferente y no le encontraba ningún sentido a esa vida que llevaba, nunca se detenía a ver los detalles ni mucho menos las pequeñas cosas.

Hasta que un día Karen se le acerco a Mery y le hizo hacer un ejercicio, algo que cambio su vida, la llevo a la cruz, pero no con los ojos carnales sino con el corazón, Mery cerro sus ojos y vio a un desconocido al cual le estaban golpeando y maltratando cruelmente y lo que vio ahí le impacto, no solo por el dolor que tenia aquel desconocido, sino porque a pesar del dolor sus ojos estaban llenos de amor y calma, el nunca se defendió a pesar de que todo lo que decían de el era mentira y sin fundamento,  Mery caminaba entre la gente buscando un pequeño hueco para ver mas de cerca lo que pasaba, pero algo la sorprendió, empezó a sollozar, al mirar palideció, al ver el verdugo que atacaba a este hombre, ella vio su rostro reflejado en aquel verdugo, escucho lo que el decía en cada latigazo y se parecían a las veces que ella en su cama sola, culpaba a Dios por su dolor y soledad, se acerco mas no podía creer lo que pasaba, aquel hombre decía unas palabras como si intercediera por alguien, quien era merecedor de tanta compasión en ese momento, al acercarse escucho una voz dulce que dijo “padre amo mucho a Mery y por ella estoy aquí, padre perdónala por que no sabe lo que dice, no le tomes este mal, yo la amo, estoy dispuesto a morir por ella, no la castigues en tu ira, ella es mi princesa, y la amo, estoy dispuesto a darle un nuevo nombre, ten compasión de ella”, En ese momento Mery sintió algo que nunca pero nunca había sentido, se sintió amada, querida, apreciada, valorada, abrió su ojos, su rostro estaba lleno de lagrimas y solo podía pedir perdón por nunca a ver visto mas aya de sus ojos y por que si hay alguien que la ama de verdad, y ese es JESÚS de Nazaret.  

Esta Historia es real, y yo soy la actriz principal de esta obra, pero sabes un día me encontré con Jesús y descubrí el valor que tenia y que nunca había apreciado, aprendí el verdadero valor que tengo cuando oí su voz que me dijo “que desde antes que naciera me conocía y me amaba” y descubrí que ese dolor y tristeza que sentía era solo porque no le conocía, y que nunca me había detenido a escuchar en mi alcoba esa dulce voz en me dio de mi dolor diciendo “Te AMO mi PRINCESA”

Hoy es día de llorar un rato y no por tristeza sino porque has descubierto que alguien te ama y alguien a quien le importas y su nombre es JESÚS.

Dios te bendiga ricamente.

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