La gente siempre está enfrentándose a grandes decisiones. Y
desdichadamente la desobediencia surge cuando las personas optamos por no
seguir el plan de Dios. Es así que la desobediencia brota; pues esta no es más que un acto de
rebeldía que el hombre suele cometer ante Dios principalmente; es un hecho de
negación ante los planes que Dios preparo de antemano, es así; desde el
principio lo ha sido y para comprobar esto que digo nos podemos ir al
principios de los tiempos; podemos notar como
el hombre nunca se ha querido someter, como da tanto por tan poco; en su
interior desea revelarse, no soporta en su condición humana la perfección que Dios
quería entregarnos, no podía quedarse de brazos cruzados ante una tentación, su
naturaleza le llevo a caer, a sucumbir ante la estímulo de violar las ordenes
de Dios.
La desobediencia es pecado y este
rompe nuestra relación con Dios. Afortunadamente, cuando desobedecemos, la
voluntad de Dios es perdonarnos y restaurar nuestra relación con él, aunque eso no significa que debemos seguir desobedeciendo, el quiere restaurar la relación para que nunca mas pueda ser rota.
A Dios no le agrada tu
desobediencia, no le gusta que constantemente te reveles ante su llamado de
amor, ante las grandes cosas que el ha preparado para ti , tu eres creación
suya de su inmenso amor, el te escogió, desde antes de tu nacimiento te
conocía, no es un error que hayas nacido, ni una equivocación quienes son tus
padres, tu color de piel, tu nacionalidad, tu pelo y hasta tu inteligencia; no
al contrario eres la creación mas bella que Dios ha elaborado, por que eres hijo
suyo, naciste del corazón de Dios, de su inspiración fuiste creado para su
adoración el te ama y tiene un bello propósito para ti y no es casualidad que
tu hayas tomado este instante para leer esto.
Sabes Dios te ama tal y como
eres, con tus defectos y virtudes, con tus cosas buenas y malas, pero hay algo
que no le gusta de ti, que repudia, que generalmente lo entristece, y lo que le pone así es tu pecado, tu desobediencia, tu rebeldía, tu negación a su gran amor,
sabemos bien que el pecado entro por un hombre, pero así como entro por un
hombre, por un hombre salió, porque Jesús se hizo hombre y por el fuimos
justificados para ser salvos.
Dios nos dio una segunda
oportunidad como cualquier padre amoroso lo haría, nos enseñó que aunque
tambaleemos no caeremos porque sus brazos nos sostendrán y no nos dejaran caer.
Solo debemos tratar de devolverle algo de lo que el nos brinda y eso lo
lograremos si le obedecemos a él, y le aceptamos en nuestros corazones, para que completamente el cambien nuestra naturaleza tendiente a la desobediencia y nos convirtamos en los hijos obedientes que el desea que seamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario