Mery estaba pasando por una situación un poco
compleja, no entendía porque se sentía tan sola y porque todas esas duda
llegaban a su mente, tenia 15 años y su vida paresia no tener sentido, muchas veces
en su cuarto se preguntaba ¿Qué hacia ella en este mundo?, ¿Por qué se sentía
tan sola a expensa de estar rodeada de personas?, ella pensaba que su almohada
quien en muchas veces había secado sus lagrimas, era la única que la entendía y
que sabia su situación, muchas veces Mery le echaba la culpa a Dios por
sentirse tan mal, por sentirse sola, porque nadie la amaba y que ella era una
mas del montón, nada especial había en ella, ella sentía que en su vida no
tenia sentido porque no veía grandes cosas o sucesos a su alrededor, pensaba
que su vida debía ser diferente y no le encontraba ningún sentido a esa vida
que llevaba, nunca se detenía a ver los detalles ni mucho menos las pequeñas
cosas.
Hasta que un día Karen se le acerco a Mery y le
hizo hacer un ejercicio, algo que cambio su vida, la llevo a la cruz, pero no
con los ojos carnales sino con el corazón, Mery cerro sus ojos y vio a un
desconocido al cual le estaban golpeando y maltratando cruelmente y lo que vio
ahí le impacto, no solo por el dolor que tenia aquel desconocido, sino porque a
pesar del dolor sus ojos estaban llenos de amor y calma, el nunca se defendió a
pesar de que todo lo que decían de el era mentira y sin fundamento, Mery caminaba entre la gente buscando un
pequeño hueco para ver mas de cerca lo que pasaba, pero algo la sorprendió,
empezó a sollozar, al mirar palideció, al ver el verdugo que atacaba a este
hombre, ella vio su rostro reflejado en aquel verdugo, escucho lo que el decía
en cada latigazo y se parecían a las veces que ella en su cama sola, culpaba a
Dios por su dolor y soledad, se acerco mas no podía creer lo que pasaba, aquel
hombre decía unas palabras como si intercediera por alguien, quien era
merecedor de tanta compasión en ese momento, al acercarse escucho una voz dulce
que dijo “padre amo mucho a Mery y por ella estoy aquí, padre perdónala por que
no sabe lo que dice, no le tomes este mal, yo la amo, estoy dispuesto a morir
por ella, no la castigues en tu ira, ella es mi princesa, y la amo, estoy
dispuesto a darle un nuevo nombre, ten compasión de ella”, En ese momento Mery sintió
algo que nunca pero nunca había sentido, se sintió amada, querida, apreciada,
valorada, abrió su ojos, su rostro estaba lleno de lagrimas y solo podía pedir
perdón por nunca a ver visto mas aya de sus ojos y por que si hay alguien que
la ama de verdad, y ese es JESÚS de Nazaret.
Esta Historia es real, y yo soy la actriz
principal de esta obra, pero sabes un día me encontré con Jesús y descubrí el
valor que tenia y que nunca había apreciado, aprendí el verdadero valor que
tengo cuando oí su voz que me dijo “que desde antes que naciera me conocía y me
amaba” y descubrí que ese dolor y tristeza que sentía era solo porque no le
conocía, y que nunca me había detenido a escuchar en mi alcoba esa dulce voz en
me dio de mi dolor diciendo “Te AMO mi PRINCESA”
Hoy es día de llorar un rato y no por tristeza
sino porque has descubierto que alguien te ama y alguien a quien le importas y
su nombre es JESÚS.
Dios te bendiga ricamente.
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