jueves, 7 de mayo de 2020

Eternidad


La santidad de Dios y la gravedad del pecado – Aposento Alto Chía

Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones; Y mi pecado está siempre delante de mí. A ti, á ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos: Porque seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio; Y renueva un espíritu recto dentro de mí.  No me eches de delante de ti; Y no quites de mí tu santo espíritu.  Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado: Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
Salmos 51:2‭-‬4‭, ‬10‭-‬11‭, ‬17 RVES

Sin santidad nadie vera al señor, y que es santidad, en mi opinión es, lo que me hace ser anormal, lo que me separa, lo que aparta mi vida, de que, de mi misma, del pecado, de los deseos pecaminoso, de la mentira, de esas pequeñas zorras que me roban lo eterno entiendan algo, Dios es SANTO y si le queremos ver, debemos ser como El, debemos ser puros, intachables, anegados, íntegros, debemos cumplir sus preceptos, debemos amar al prójimo, es una lista muy extensa que puede ser resumida de la siguiente manera, JESÚS, si somos como él agradaremos al padre y le podremos ver, yo te  recuerdo que la estancia en la sala de espera que es nuestra vida es corta y si no esperamos correctamente, cuando nos toque nuestro turno y pasemos ante el médico por excelencia, que dirá el currículum de nuestra vida?, que somos santos o que hicimos mal, será suficiente? o no nos alcanzará?, bueno en lo personal, te recomiendo un auto análisis para que observes tu interior y puedas determinar por tus actos si estás listo o no para que te reciban con gozo y te digan estás palabras, " ven siervo fiel entra al gozo de tu señor". Recuerda que si Jehová no edifica la casa en vano trabaja el que la edifica, si Jesús no vive en ti, tus esfuerzos serán en vano, es tiempo de abrir nuestros ojos y saber que es lo que queremos o perseguimos para nuestra eternidad.

Somos eternos y  fuimos creado para la eternidad por eso nos cuesta tanto separarnos de quien amamos cuando fallece, es difícil decir adiós, porque no fuimos creados para el adiós, pero el ser humano en  su ambición de poder, fue engañado y la eternidad le fue robada, por eso debemos procurar que cuando nuestro tiempo perecedero termine y nuestra eternidad empiece estemos listos para pasarla en el lugar correcto.

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